miércoles, 9 de abril de 2008

Orígenes del caballo Criollo de la pampa

Elcaballo criollo de América Latina es el descendiente directo de los caballosimportados al Nuevo Mundo desde Cristóbal Colón por los conquistadoresespañoles durante el siglo XVI, más particularmente por Don Pedro de Mendozaen la Argentina, fundador de Buenos Aires en 1535.
Un buennúmero de esos caballos de guerra se hallaron abandonados o huyeron y volvieronrápidamente al estado salvaje, en un medio ambiente ideal para su desarrollo.Fueron los caballos españoles (particularmente los Andaluces), portugueses yárabes los que transmitieron su sangre y sus principales característicasmorfológicas a la raza Criolla.
Durantecuatro siglos, la raza criolla se adaptará al medio ambiente de las grandesllanuras de América del sur y sufrirá una selección natural muy severa. Estaadaptación a las condiciones de vida del medio ambiente, le permitiódesarrollar sus grandes cualidades de resistencia a las enfermedades, y desobriedad.
Losindios, en primer lugar, los gauchos más tarde, hicieron de los Criollos sumedio de transporte, su compañero de caza o de trabajo y su camarada de juego.Desde entonces, el Criollo siempre ha sido el caballo del gaucho para el trabajocon el ganado.
Su resistencia hace elorgullo de los criadores quienes organizan pruebas en distancias de 750kilómetros que hay que recorrer dentro de catorce días. Los caballos estáncargados pesadamente (110 kilos para el jinete y su silla) y deben comersolamente el pasto encontrado en la región recorrida. El caballo que termina laprueba sin que le pararan los jueces o los veterinarios perdió algo de pesopero está tan fogoso como el día de la partida.
A finales del siglo XIX, laintroducción de machos europeos o de América del norte degeneró la raza. Unaselección rigurosa, conducida por algunos criadores apasionados, permitióreconstituir la raza que fue admitida al stud-book argentino en 1918.
Hoy, encasi todos los países de la América del Sur , las razas descendientes delCriollo se crían y protegen. La Argentina posee el caballo Criollo más cercanoal estándar de la raza.

lunes, 7 de abril de 2008








"Yo me le senté al del pampa;Era un oscuro tapaoCuando me hallo bien montao,De mis casillas me salgo;Yera un pingo como galgo Que sabía correr boliao.""Para correr en el campo No hallaban ningún tropiezoLos ejercitan en eso,Y los ponen como luz De dentrarle a un avestruz Y volear bajo el pescuezo."
"El pampa educa al caballoComo para un entrevero,Como rayo es de ligeroEn cuanto el indio lo toca;Y como trompo en la boca ,Da vuelta sobre de un cuero."
"Lo varea en la madrugada;Jamás falta a este deberLuego, lo enseña a correr Entre fangos y guadalesAnsina esos animalesEs cuanto se puede ve."
"En el caballo de un pampa No hay peligro de rodar.¡Jué pucha! Y pa disparar Es pingo que no se cansaCon prolijidá lo amansaSin dejarlo corcoviar."
"Pa quitarle las cosquillasCon cuidao lo manosea;Horas enteras emplea,Y por fin solo lo deja Cuando agacha las orejas Y ya el potro ni cocea."
"Jamás le sacude un golpe,Porque lo trata al bagualCon pacencia sin igualAl domarlo no le pega,Hasta que al fin se le entrega Ya dócil el animal."
"Y aunque yo sobre los bastosMe sé sacudir el polvo,A esa costumbre me amoldo;Con pacencia lo manejanY al día siguiente lo dejanRienda arriba junto al toldo."
"Ansi todo el que procure Tener un pingo modelo,Lo ha de cuidar con desvelo,Y debe impedir también El que de golpes le den o tironeen en el suelo."
"Muchos quieren dominarloCon el rigor y el azote,Y si ven al chafaloteQue tiene trazas de malo,Lo embraman en algún palo Hasta que se descogote".
"Todos se vuelven pretestosY vueltas para ensillarlo; Dicen que es por quebrantarlo,Mas compriende cualquier boboQue es el miedo del corcovoY no quieren confesarlo."
"El animal yeguarizo(Perdonenme esta alvertencia)Es de mucha conocenciaY tiene mucho sentido;Es animal consentido Lo cautiva la pacencia."
"Aventaja alos demás El que estas cosas entienda;Es bueno que el hombre aprienda,Pues hay pocos domadores Y muchos frangoyadores Que andan de bozal y rienda."
Martín Fierro - José Hernández